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LA CORRIENTE
2 de julio de 2010, tormenta
Un poco más de una semana y se termina el mes. Cuando sea el invierno, cuando ya no haya mesas, me habré quedado sentada en una de ellas lo mismo que un recuerdo. Otro domingo más. Déjalo ya, no se puede perder lo que nunca se tuvo, lo que nunca se amó, lo que no fueron ni siquiera palabras.
Algunas incursiones a los caminos en los que fui todo presente, escasos, muy escasos. No me interesan demasiadas palabras, sí las precisas, sí las necesarias, sí las imprescindibles.
23 de agosto de 2010
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